lunes, 23 de diciembre de 2019




NAVIDAD: LA DIVINA ENCARNACIÓN
Dic 22, 2019
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LA NAVIDAD EN NUESTRO MUNDO ACTUAL

En este tiempo del año, el mundo entero se prepara para celebrar la Navidad. La cultura navideña al estilo “occidental” ha penetrado en todos rincones del planeta. La gente en general disfruta mucho este tiempo por su clima, por ser el último mes del año, por ser también un tiempo de regocijarse con la familia, tiempo de regalos, comidas y fiesta. Pero en la mayoría de los casos el mes de diciembre comienza como una carrera de 100 metros planos, para lograr comprar los regalos, la ropa para los estrenos, todo lo necesario para las comidas las bebidas, los arreglos de la casa, los adornos, llegando al día de navidad con un gran cansancio, corazones vacíos, y por supuesto las billeteras también.

Lamentablemente, la mayoría, sino la totalidad de las personas, desconocen el significado verdadero de la Navidad. Para muchos es una temporada más que se repite cada año, asociada al comercio, llena de lindos adornos que iluminan las avenidas y centros comerciales de pueblos y ciudades. Erróneamente, este tiempo es representado por personajes, figuras y elementos que no tienen nada que ver con la verdadera Navidad. Es irónico ver a un Santa Claus o Papá Noel en lugares del trópico con su atuendo de invierno, simplemente no perece encajar.

Sin embargo, para las personas no cristianas del mundo esto es entendible, pero lo más triste es ver a personas cristianas que todavía no logran ver la dimensión completa de la Navidad, y su mensaje. 
Deberíamos empezar por tener en cuenta que no sabemos el tiempo del año exacto en el que se produjo en nacimiento de Jesús. Es importante es señalar que Jesús mismo nunca indicó la importancia de celebrar su cumpleaños, aunque por el contrario, si lo hizo con la santa cena, cuando dijo "haced esto en memoria de mi"; y tampoco sus discípulos, ni aun los padres de la Iglesia le dieron importancia.

ENTONCES PORQUÉ SE CELEBRA LA NAVIDAD?

Es la Iglesia cristiana del V siglo (entrada la Edad Media) que decide celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre en el año 440, pero es hasta el 529 cuando el emperador Justiniano oficializa la fecha como día festivo para celebrar la Navidad. Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del Natalis Solis Invicti o Nacimiento del Sol invicto, asociada al nacimiento de Apolo.​ El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno.

QUE ES LA VERDADERA NAVIDAD?

No obstante la fecha que fue escogida erróneamente o no, la primera Navidad es un hecho histórico de inmensurable relevancia. La venida de Jesús irrumpe en la historia humana y la divide en un antes y en un después. Hay un lenguaje sin palabras que nos habla desde el humilde pesebre, y más aun, cuando lo declararon los ángeles al manifestarse a los pastores aquella noche especial, la primera expresión de la Navidad es: “Gloria a Dios en las Alturas, y buena voluntad para con los hombres”. Dios mismo penetra en un mundo quebrantado y dolido por el pecado, en donde el hombre estaba totalmente perdido y sin esperanza, y sin posibilidades de salvarse por su propia cuenta. La Navidad nos habla de la reconciliación de Dios con el hombre, dónde es El quien toma la iniciativa.

Pero lo más grandioso es la muestra de su naturaleza sencilla y humilde, Dios siendo quien es, dejó de lado su majestad, tal como nos dice Pablo:

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." Fil 2:6-8; 

lo que representa algo extraordinario, un hecho insólito, un milagro de proporciones gigantescas, es en una sólo palabra, la "encarnación" de Dios en el hombre. Dios, el alto y sublime, el que habita la eternidad, el todopoderoso, el creador de todo cuanto existe, el Señor y dueño del universo, el Dios Santo, Santo, Santo; se hace hombre!

Cuantas cosas pasarían por la mente de María al llevar en su vientre al Santo Ser, su Señor!, y al verlo nacer, y tenerlo bajo su cuidado… cuántas cosas guardaba en su corazón!



LA DIVINA ENCARNACION

En este tiempo de meditación, tratemos de ver y entender la Navidad como la Divina Encarnación, Dios queriendo sentirnos desde nuestra frágil humanidad, desde un cuerpo humano semejante al nuestro, con las mismas limitaciones, para experimentar nuestras necesidades, nuestros dolores y tristezas, nuestra debilidad y vulnerabilidad, y también nuestras alegrías y sueños.

EL VERBO ENCARNADO NOS INVITA

Pero también veamos la Divina Encarnación como una invitación a hacer lo mismo. Cuando se nos  dice: “haya, pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”, el dejó de lado su majestad para humillarse y hacerse hombre, entonces nosotros debemos dejar de lado nuestro egoísmo y maldad y hacernos como Jesús, mansos y obedientes a Dios.

Si, hacer lo mismo que Él, encarnando a Dios en nosotros, y Jesús nos muestra el camino, es ver su vida, es encarnar a Jesús mismo. El mismo lo ilustraría de la siguiente manera que muchos, aun de sus seguidores no entendieron y dejaron de seguirle: 

"Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida." Juan 6:50-55

No era literalmente "comerse o beberse a Jesús", era una ilustración que indica la compenetración tan profunda que Jesús desea que tengamos con Él, en la que Él pasa a ser parte de nosotros, y mientras más como y bebo de Él más soy como El, y sus propósitos pasan a ser los míos, y sus sueños pasan a pertenecerme a mi. Paso a ser uno con Él.

EL IMPACTO

Y al compenetrarme más y más con Él, su llamado se hace mío, me pertenece: 

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová,” Isaías 61:1-2b

Es indudable el impacto de Jesús en la historia del hombre. El historiador Philip Schaff describió la supereminente influencia que Jesús tuvo en la historia y cultura del mundo de la siguiente manera: “ Este Jesús de Nazaret, sin dinero ni armas, conquistó más gente que Alejandro Magno, César, Mahoma y Napoleón; sin ciencia... él aportó más luz a asuntos  divinos y humanos  más que todos los filósofos y eruditos combinados; sin elocuencia de escuelas, desarrolló una palabra tan viva como nunca antes se habló ni hablará, y produjo efectos más allá del alcance de oradores y poetas; sin escribir una sola línea, provocó más plumas en movimiento, y proveyó temas para más sermones, debates, libros de enseñanza, obras de arte, e himnos de alabanza, más que todos los grandes hombres de tiempos antiguos y modernos.”

Por lo tanto, al encarnar a Jesús, es imposible que no impactemos al mundo, como ya millones lo han hecho. Y no se trata tan sólo de grandes hombres y mujeres, ni de grandes obras o avivamientos, sino, en la vida cotidiana, en nuestros hogares, trabajos, universidades, tal como lo hizo Jesús mismo, en el día a día, de la consecuencia de estar impregnado del Espíritu de Dios, y del “hacer” en su tránsito por este mundo.
Ese es igualmente nuestro llamado, de ser como Jesús, de imitar su vida. Sussana Wesley lo oraba de la siguiente manera:

  • “Ayúdame, Señor, a recordar que la religión no ha de confinarse a la iglesia ni al momento a solas, ni a la oración y la meditación, sino que en todo lugar estoy en tu presencia. Que cada una de mis palabras y acciones tenga contenido moral, y que todos los hechos de mi vida me sean útiles y beneficiosos, Que todas las cosas me instruyan y ofrezcan la oportunidad de ejercer virtud, aprendiendo a diario y logrando parecerme cada vez más a ti, amen.”

Pablo lo decía igualmente: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Ga 2:20. En otras palabras, el viejo "yo" muere y resucita Cristo en su lugar, para vivir una vida totalmente nueva.

  • Alguien dijo: "...cuanto más eres semejante a mí, más te desarrollas en la persona única que yo diseñé para que fueras."

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  • Debemos imitar la vida de Cristo y sus caminos si hemos de ser verdaderamente iluminados y liberados de la oscuridad de nuestros corazones. Que sea esto lo más importante que hagamos, entonces, al reflexionar en la vida de Jesucristo y reflejarla. Tomás de Kempis

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  • La Biblia afirma que cuando el hombre se ajusta al plan de Dios para él, encuentra la mayor felicidad y satisfacción, pues descubre la realidad de la plena realización". John R. Cross El Forastero en el Camino a Emaus


JESUS NOS MUESTRA EL CAMINO

Jesús nos dejó ejemplo para que sigamos sus pisadas (1 Pe 2:21). Nos podemos preguntar: cómo? Pues bien, debemos ir a los evangelios, porque en ellos vemos cómo Jesús vivía y se movía entra la gente, exhibiendo perfecta unidad con la voluntad Dios el Padre, y Él no reta a hacer lo mismo.
Lo vemos a través de la VIDA DE ORACIÓN de Jesús, cuando decía que no podía hacer nada por su propia cuenta; también lo vemos a través de SU PUREZA DE CORAZÓN, ver cómo se mueve Jesús entre los niños, mujeres y hombres siempre a tiempo, siempre con lo que necesitan, siempre capaz. Si queremos buscar la santidad en la vida, debemos impregnarnos del Sermón del Monte. Este sermón es un comentario ampliado de la ley del amor. Y la vida de Jesús es un cometario ampliado sobre el Sermón del Monte. No olvidemos la VIDA DEL ESPIRITU, es admirable ver como Jesús se mueve entre la gente y ejerce los carismas espirituales con todo aplomo y facilidad.
Vemos en Jesús una vida de JUSTICIA Y SHALOM, que es la vida de compasión. La PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO, es el fluir de la vida centrada en la Palabra de Dios, en proclamar la buena nueva del reino de Dios.

UNA PEQUEÑA VOZ NOS INVITA

Esta ha sido mi meditación en los últimos días, ver la Navidad como la Divina Encarnación, y como una pequeña voz que me llama desde la pequeña aldea de Belén, desde un pequeño pesebre, la invitación a hacer lo mismo que Cristo hizo, y de encarnar en Él y llegar a ser semejante a Él.